Turismo con aroma de café en el Quindío


Tomado de www.fincaelocasosalento.com
A pesar que el Programa Rutas Competitivas se inició hace tres años por iniciativa del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, INNpulsa Colombia y las cámaras de comercio, con la orientación metodológica de la firma consultora internacional Competitivesness, aún no es muy conocido por muchas entidades gubernamentales y empresarios, pese a sumar 57 Rutas Competitivas en 22 departamentos.

Sin embargo, al leer la crónica intitulada “Colombia siembra el turismo de café”, publicada el pasado 25 de julio por El País de Madrid, diario que junto con El Mundo son los más importantes de España y de los países hispanoparlantes, me convenzo que las Rutas Competitivas empiezan a dar frutos.

El escrito de Juan Morenilla da cuenta de turistas españoles, italianos, alemanes, ingleses, chilenos, argentinos y australianos que viajan hasta la finca El Ocaso del empresario Gustavo Alberto Patiño Castaño, ubicada en la vereda Palestina del municipio de Salento en el Departamento del Quindío, para conocer y disfrutar la maravillosa cultura del café.

Este predio de 35 hectáreas de extensión, propiedad de una familia caficultora que recién incursiona en los gajes del turismo rural, le permite al visitante recorrer plantaciones de café en diferentes estadios de desarrollo para ver y palpar las prácticas de recolección, beneficio, secado, trilla y tostión de uno de los mejores granos del Eje Cafetero comercializado bajo la marca de El Ocaso, para finalmente degustar la bebida que embelesa paladares en el mundo entero.

Y todo esto sucede en un terruño ubicado entre el río Quindío y las imponentes laderas andinas de la cordillera Central, piedemonte que ostenta un ecosistema privilegiado con una singular riqueza ornitológica, como quiera que la multicolor diversidad de aves de diversos tamaños e innumerables especies haga imposible que el visitante ose centrar su atención en una de ellas.
  

Todo lo dicho por Juan Morenilla se complementa con la posibilidad de pernoctar en una casona centenaria que conserva la arquitectura tradicional de la colonización antioqueña con sus corredores de pisos de madera con chambranas, paredes en bahareque, techos de teja de barro y cocina de leña. En esas casas las fragancias florales y las noches arrulladas por los arroyos y los grillos, así como los sabores y olores que emanan de sus cocinas ancestrales, se tornan en experiencias inolvidables.

Este relato sobre la finca El Ocaso en el Quindío, al que podría sumársele una veintena de casos similares, materializa las propuestas del Programa Rutas Competitivas contenidas en las Iniciativa Tumbaga y Kaldia para el turismo experiencial y cafés diferenciados respectivamente, que han sido promovidas por la Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío, entidad que a su vez estructuró, con la participación el BID, el proyecto turístico de las Rutas del Paisaje Cultural Cafetero aprovechando la declaratoria de la Unesco (2011) del Paisaje Cultural Cafetero como Patrimonio de la Humanidad.

Lo que el caficultor Patiño Castaño inició con su padre en 1987, y que ahora comparte con sus hijos, tiene el valor agregado de haber fusionado los cafés especiales y el turismo de experiencias generando un maravilloso maridaje entre dos negocios atractivos, rentables y de futuro, lo que ha llevado a que esta familia de empresarios se diferencie de muchos cafeteros que aún siguen pensando en la crisis y no en las oportunidades.

¡Qué buena dosis de innovación y capacidad empresarial!

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