El Pacífico: futuro plausible

Por: Armando Rodríguez Jaramillo ((Armenia - Quindío - Colombia) - 03 de noviembre de 2014.

Por inercia histórica, luego de la escisión de Caldas de los territorios de Risaralda y Quindío, estos tres departamentos han propendido por pensarse conjuntamente a través de lo que se conoce como la región del Eje Cafetero, en un intento de articular lo que se dividió en 1966.
Sin embargo, esto no ha sido del todo fructífero pues afloran en el ambiente rivalidades y desconfianzas donde prima la competencia entre unos y otros  y no la de la región con los mercados internacionales. Una muestra palpable es la construcción de Aerocafé y la modernización y ampliación de Matecaña y El Edén, proyectos de infraestructuras fundamentales para el desarrollo regional que cada departamento gestiona de forma independiente en una inútil carrera por tener el mejor aeropuerto del Eje Cafetero.

Esta competencia insana me hace recordar cómo esperaban los cafeteros la ocurrencia de heladas en Brasil para que el precio internacional del grano subiera, de forma parecida algunos aguardan que el proyecto del vecino no avance mientras tramitan ante el gobierno nacional inversiones para su aeropuerto. Curiosa forma de querer progresar mirándose el ombligo, es decir, queriendo monopolizar los pasajeros de la región en un solo aeropuerto y no a través de estrategias conjuntas para posicionar al Eje Cafetero en el ámbito internacional con eficiente aeródromos complementarios.

Y así como no entendimos la necesidad de una integración aeroportuaria gracias a una visión insular por departamento, también hubo dificultad para avanzar en acuerdos sobre la infraestructura para el desarrollo que necesitaba la región.  Entonces nos volvimos celosos con proyectos de impacto regional como las dobles calzadas, plataformas logísticas, transporte ferroviario, zonas francas, sistemas de transporte masivos y otros más. Poco a poco nos inventamos que deberíamos especializarnos por vocaciones y dijimos que este o aquel departamento era comercial, industrial, metalmecánico, turístico, agroindustrial y de servicios de innovación o de TIC, fórmula riesgosa que nos conduce a un modelo de desarrollo por compartimientos que dificulta el fortalecimiento de clúster regionales y que limita la competitividad de las empresas y la sofisticación de la producción con destino a mercados internacionales.

Pero como la competencia es hacia fuera y no hacia adentro, esta forma descontextualizada de pensarnos en un mundo globalizado nos enfrenta al reto de buscar horizontes alternativos y plausibles, razón por la cual estamos en mora de mirar hacia el Valle del Cauca, pues nuestro futuro está en el Pacífico y no al interior del Eje Cafetero. Esta afirmación no necesita de argumentación, pues el escenario de la globalización muestra que los mercados de la cuenca del Pacífico (asiáticos o americanos) son los más dinámicos y de mayor proyección, que la Alianza Pacífico que integran Colombia, Chile, Perú, México está llena de oportunidades y que la ampliación del canal de Panamá nos pone en la ruta del comercio mundial.

Pero si las dificultades para integrarnos como región prevalecen, el Quindío debería aprovechar las oportunidades que para internacionalizar su economía le brindan proyectos como el corredor Bogotá – Buenaventura que a su paso por el departamento deja la doble calzada Ibagué – Calarcá, el túnel de La Línea y la doble calzada Calarcá - La Paila; la recuperación del transporte ferroviario entre La Tebaida y Buenaventura prevista para el primer semestre de 2015 y la entrega en concesión el próximo diciembre del Aeropuerto El Edén que además del mejoramiento de su pista, será sometido a la ampliación y modernización de las terminales de pasajeros nacional e internacional y a la construcción de la terminal de carga, infraestructuras que en su conjunto son un hecho y no una expectativa.

En consecuencia, es evidente que el aliado estratégico del Eje Cafetero en general, y del Quindío en particular,  es el Valle del Cauca, para lo cual es necesario avanzar en acercamientos con la dirigencia política, gremial y empresarial del Valle para unir esfuerzos y trazar estrategias de integración y articulación en lo productivo y logístico, y en ciencia, tecnología e innovación.